Alegría

Alegría
Hoy es un gran día, los pájaros cantan y el olor a azahares adorna el desnivelado patio de mi casa. Mis padres han invitado a una gran cantidad de amigos y familiares a esta modesta reunión dominical en la que todos han aportado un granito de arena para solventar el gasto de los alimentos que se prepararon: café, y mole ¡qué delicia!, precisamente mis alimentos preferidos. Las flores que han llevado mis colegas de la escuela tienen unos hermosos colores que opacan a cualquier arcoíris matutino. Veo también que los cigarros y el tequila se han hecho presentes en esta ocasión especial, ¿qué sería de una fiesta sin estos dos personajes especiales? A mi perra “Nicky” la han amarrado bajo el cerezo de mi jardín para que no muerda a las personas que este día, desde muy temprano, han llegado a mi morada. Esa traviesa de pelaje negro nunca entenderá que de algo se puede enfermar si muerde a una persona. Que elegante se ve mi madre con su falda de corte italiano que porta en estos momentos, ese peinado resalta muy bien las líneas de expresión de su rostro. Mi padre luce tan radiante, con el cuello de su camisa suelta y sus zapatos de meter color negro. Siempre ha sido un caballero y un hombre serio de vocabulario altisonante. Tal vez por sus palabrotas fuma tanto (y yo también), digo, entre más rápido pierda la voz y el habla mejor para todos. Escucho que todos se expresan muy bien de mí, al parecer algo he hecho bien que tanto me halagan. En fin, que bonita reunión…lo único malo, es que el motivo de ésta es mi deceso…


“Si quieres que la gente hable y haga maravillas por ti, muérete”

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